El Desfibrilador es una increíble herramienta que se ha hecho popular debido a que permite restablecer el ritmo cardíaco de una persona, mediante una descarga eléctrica y con ello es posible salvarle la vida. Te invitamos a conocer todas las interesantes características, usos y tipos de este aparato, que es indispensable en muchas situaciones de emergencia asociadas con el corazón.
Índice del Artículo
Introducción
El desfibrilador es un aparato médico cuyo uso permite, en la mayoría de las ocasiones, salvar la vida de una persona que está sufriendo un paro cardíaco. Esto además es acompañado con otra serie de técnicas entre las cuales se encuentra la reanimación cardiopulmonar, conocida ampliamente como RCP.
Muchas personas probablemente hayan visto en alguna oportunidad a través de las películas, pacientes que llegan a las salas de emergencia y requieren ser reanimadas, pues están presentando problemas a nivel del corazón. Pero de manera general, las personas no conocen lo que es un desfibrilador y cuál es la utilidad de emplearlo en determinados casos.
En este sentido deseamos dirigir el contenido de nuestro artículo, para que a través de estas líneas puedan conocer ampliamente este aparato y la importancia de reaccionar de manera urgente, cuando sea necesario aplicarlo a una persona que está enfrentando un paro cardíaco, con la finalidad de lograr restablecer nuevamente su ritmo de corazón.
Lógicamente se trata de un aparato que debe ser manipulado por el personal médico especializado, pues su uso requiere una serie de conocimientos dentro del campo de la medicina, especialmente a nivel de cardiología.
¿Qué es un Desfibrilador?
El desfibrilador es un aparato médico empleado para tratar casos de emergencia asociados a paros cardíacos, desde un ataque secundario hasta una arritmia muy grave. Se trata un dispositivo externo semiautomático identificado como DESA o automático, reconocido como DEA; que se puede trasladar hasta donde se encuentra el paciente, por ser ligero en tamaño y de bajo peso; además no requiere gran mantenimiento desde el punto de vista sanitario.
En algunos países se considera como un aparato que puede ser utilizado por cualquier persona, pero lo cierto es que dentro de sus legislaciones, también se contempla el hecho de que se requieren algunas horas de preparación previa en la materia, pues se trata de aplicar descargas eléctricas sobre el cuerpo de una persona, tan potentes que la hacen saltar con el choque.
Este tipo de aparato cuenta con baterías especiales que tienen una duración de cinco años, período durante el cual puede ofrecer unas trescientas descargas aproximadamente.
También tiene la facultad de analizar el ritmo cardíaco de la persona, una vez que sus electrodos son conectados al tórax del paciente; arrojando análisis mediante los cuales se determina si es requerida o no la realización de la fibrilación ventricular.
¿Para qué sirve?
Comencemos por conocer lo que es una fibrilación ventricular; que en líneas generales se trata como el trastorno del ritmo cardíaco, mediante la cual se presenta un ritmo rápido a nivel de los ventrículos del corazón, esto sería en el orden de 250 latidos por minuto; lo que es irregular y el paciente puede llegar de forma irremediable a la pérdida total de su contracción cardíaca, cuya primera consecuencia es la falta total del bombeo de sangre, lo que conlleva a su muerte.
En este orden de ideas es importante conocer algunos términos básicos, que nos permitan comprender de manera sencilla la importancia del uso del desfibrilador en algunos casos:
Corazón
El corazón es el órgano principal del sistema circulatorio, se trata de un músculo que se encarga de realizar el bombeo de la sangre que está llena de oxígeno y nutrientes, para dirigirla a través de los vasos sanguíneos a todas las partes del cuerpo. Por consiguiente, este importante órgano del cuerpo humano es el que mantiene a las personas con vida.
Frecuencia Cardíaca
La frecuencia cardíaca es uno de los signos vitales en las personas, la cual además indica la condición de salud presentada por el cuerpo; ya que mide la cantidad de veces por cada minuto que el corazón se contrae, lo cual se aprecia mediante su latido.
Esta frecuencia varía con el paso de los años, pero como ejemplo les indicamos que después de los 10 años, debe estar entre los 60 y 100 latidos por minuto en reposo.
Ritmos cardíacos Anómalos
Existen varios de ellos y dependen del estado del corazón de cada persona; además pueden provocar que el corazón lata demasiado rápido o demasiado lento. Estos tipos de ritmos son comunes dentro de la fibrilación auricular, identificada como una arritmia cardíaca, con la presencia de latidos descoordinados y desorganizados, muy rápidos e irregulares.
Paro Cardíaco
Un paro cardíaco se presenta cuando el corazón deja de latir de manera repentina, con lo cual se detiene el suministro de sangre tanto al cerebro como al resto del cuerpo; esto representa una emergencia, pues de no ser atendida la persona lo más pronto posible, puede ocasionarle la muerte de manera irremediable.
Es en estos momentos cuando se lleva a cabo el protocolo médico indicado para el paciente infartado en estos casos, durante el cual se decide si es oportuna o necesaria la utilización del desfibrilador para salvar su vida, reanudando a través sus descargas eléctricas el funcionamiento cardíaco de la persona.
¿Cómo funciona un Desfibrilador?
Como se ha establecido, la desfibrilación es empleada generalmente en los casos de paro cardiorrespiratorio, teniendo al paciente en estado inconsciente debido a la presencia de fibrilación ventricular o una posible taquicardia, ante la cual no presenta pulso; ambas condiciones resultan mortales si no se aplica tratamiento de inmediato.
El funcionamiento de este tipo de instrumento se basa en la aplicación de un choque de corriente continua sobre el corazón, con la finalidad de provocar la despolarización simultánea de todas las células de su miocardio, lo que ocasiona una pausa que permite la repolarización.
Si todo va bien, el corazón volverá a retomar su ritmo normal, presentando despolarización y realizando su contracción muscular, que sucede primero a nivel de las aurículas y luego en los ventrículos.
Lógicamente, el éxito de este tipo de tratamiento dependerá de la patología subyacente presentada por el paciente y a la vez, en función de la densidad de corriente que alcance en su miocardio, que es la parte muscular del corazón.
En la actualidad los desfibriladores más empleados están provistos de energía monofásica, aunque ya se han dejado de fabricar. Su funcionamiento se basa en emitir una descarga de corriente unipolar, que dirige el flujo eléctrico en una sola dirección.
A manera de referencia, se indica que la dosis utilizada para una desfibrilación es de unos 360 joules de energía. Pues al tratarse de desfibrilación, el nivel de energía es importante para alcanzar la mayor eficacia en el choque, por lo que este suele ser ideal para obtener un final exitoso.
También existen desfibriladores bifásicos, donde la corriente fluye en dirección positiva durante determinado tiempo, para luego revertirse comenzando a fluir en dirección negativa durante los milisegundos que restan de la descarga total.
Realizando comparaciones en cuanto al dispositivo monofásico, se puede decir que necesitan menos energía, mostrando en el propio aparato la cantidad necesaria, generalmente en el orden de los 200 joules. Además se emplea en el caso de los niños entre 2 o 4 joules/kg cuando se necesita desfibrilación y de 0,5 a 1 joules/kg para los casos de reanimación cardíaca o cardioversión.
Tipos de Desfibriladores
Los tipos de desfibriladores que se pueden encontrar se clasifican de acuerdo con varios factores. Uno de ellos corresponde a la energía que manejan, tal como se indicó anteriormente, bajo esta característica se pueden considerar como monofásicos o bifásicos.
Por otro lado, estos aparatos pueden ser diferenciados en función de la vía de acceso; dentro de lo cual se cuenta con los de tipo externo y los internos; sobre los cuales conoceremos en los siguientes párrafos.
Desfibrilador interno o desfibrilador automático implantable
Este tipo de dispositivo tiene la facultad de detectar oportunamente cualquier latido cardíaco que se presente alterado y que pueda ser considerado como mortal, lo que se conoce como arritmia.
El desfibrilador interno es implantado dentro del organismo del paciente y cuando se produce una alteración preocupante en el corazón, este le envía de manera rápida una descarga eléctrica, con lo cual su ritmo vuelve de nuevo a la normalidad.
Este dispositivo automático se implanta generalmente a nivel pectoral izquierdo, donde se coloca de uno a tres electrodos en la vena subclavia del ventrículo o la aurícula derecha del corazón del paciente. Es un aparato identificado como DAI, especialmente diseñado para que efectúe terapias de resincronización cardíaca.
Desfibrilador externo automático y desfibrilador externo semiautomático
Este tipo de instrumento de desfibrilación es el que se emplea generalmente para el tratamiento de las emergencias cardíacas de los pacientes dentro de los servicios médicos y se identifica con las siglas DEA o con DESA, para el caso de los semiautomáticos.
Se trata de un aparato pequeño, bastante ligero y que está provisto de baterías que soportan hasta 300 descargas. Una vez que sus electrodos se conectan en el tórax del paciente, cuentan con un sistema que detecta su ritmo cardíaco y determina la necesidad de aplicar o no las descargas de choque.
El desfibrilador externo puede ser automático o semiautomático, la diferencia radica en el hecho de que durante el análisis del paciente el automático realiza la descarga directamente de manera secuencial de 10 segundos; mientras que el semiautomático requiere pulsar manualmente el botón por parte de la persona que se encuentra realizando la reanimación.
¿Cómo se usa?
El Desfibrilador es conectado mediante electrodos en el tórax del paciente con la finalidad de establecer cuál es su ritmo cardíaco, realizando el diagnóstico y determinando si se trata de una fibrilación ventricular, donde generalmente el paciente presenta actividad eléctrica pero su corazón no está teniendo actividad mecánica, es decir, no se encuentra bombeando sangre.
También es posible que la persona esté enfrentando una taquicardia ventricular, lo que puede llevar a una muerte súbita, debido a que presenta problemas con los ventrículos, por lo cual el corazón se contrae a mayor frecuencia. Ante estas circunstancias generalmente el paciente no presenta pulso y su bombeo sanguíneo es ineficaz.
Una vez establecida la necesidad de emplear el desfibrilador con el paciente, se deben seguir una serie de pasos tal y como se indican a continuación, utilizando como ejemplo un desfibrilador externo automático DEA:
- Mientras se ubica el desfibrilador, se debe mantener al paciente con las compresiones en el pecho al igual que las actividades de reanimación, durante el proceso de encendido del aparato y la fijación de las paletas o almohadillas adhesivas de las cuales está provisto.
- Una vez que el desfibrilador lo indique, se debe realizar un choque o descarga eléctrica, para lo cual se presiona el botón de cargar, el personal médico se aleja del paciente todo lo posible y seguidamente presiona descargar, una vez que la luz del aparato lo indique.
- El desfibrilador volverá a chequear el ritmo cardíaco de la persona, con la finalidad de determinar si es necesario o no realizar una siguiente descarga. Siempre teniendo cuidado de no tocar al paciente, mientras se realiza.
- Una vez realizados estos pasos, se continúa con la reanimación del RCP. Siempre evitando interrumpirla y realizando las compresiones en el pecho que permitan que se libere la presión ejercida.
En líneas generales estos son los pasos que se siguen durante el uso del desfibrilador, pero además es importante conocer que la reanimación cardiopulmonar conocida como RCP, se lleva a cabo con 30 compresiones y dos ventilaciones, que se realizan a través del ambú, una bolsa autoinflable provista de mascarilla. En casos de emergencia fuera de los servicios médicos, se realiza la ventilación suministrando aire al paciente de boca a boca.
Al final de todo esto, lo que se espera es que se reanude el ritmo cardíaco normal del paciente, que comience nuevamente su bombeo sanguíneo y empiece a respirar por sí solo.
¿Qué voltaje utiliza?
En este punto, ya hemos entendido que la corriente desfibrila el corazón; pero no se puede pasar por alto la importancia que representa la aplicación de esta corriente en el cuerpo humano, cuyos parámetros son definidos como energía y por lo tanto dependen de tres variables fundamentales.
Por un lado, se debe tener al menos conocimientos básicos relativos a la electricidad y con ello comprender las formas de su onda, bien se trate de electricidad bifásica o monofásica.
Cuando consideramos los parámetros de la energía en un desfibrilador, nos referimos esencialmente a cuánto voltaje se carga en su condensador, el cual forma parte de sus componentes internos; aunque esta correlación no se presenta de igual manera entre unos dispositivos y otros. Por ejemplo un fabricante puede cargar en el instrumento 1.500 voltios, relativos a un parámetro de 200 Joules, mientras que otro puede hacerlo en base a unos 2.200 voltios.
Por lo tanto, establecer el voltaje que utiliza un desfibrilador estará basado en las características específicas de fabricación de cada uno de estos aparatos. Por otro lado la corriente que se aplica al corazón se basa en dos factores relacionados, que son: voltaje e impedancia, conocido como la Ley de Ohm. Entendiéndose como voltaje, el potencial eléctrico e impedancia, su resistencia efectiva cuando la corriente es continua
Ante esto un parámetro de energía dependerá básicamente de dos aspectos:
- Cantidad de voltaje que es empleado para un parámetro de energía de un dispositivo de forma específica.
- La impedancia presentada por el paciente, que viene dada por la resistencia del paso de la corriente por su tórax.
Como último punto destacamos la diferencia entre lo que se conoce como corriente promedio y la corriente pico.
La identificada como Pico, es la máxima corriente que llega al corazón; además se debe tener presente que si es demasiada puede ocasionar una lesión del tejido del miocardio, teniendo como consecuencia una disfunción en el mismo.
En el caso de la corriente promedio, se trata de la media de la corriente que llega al corazón durante la descarga; siendo el tipo de energía que se considera el componente responsable de que una desfibrilación sea exitosa.
Riesgos del Desfibrilador
Cuando una persona sufre de una enfermedad cardíaca grave, en cualquier momento puede sufrir un paro cardíaco. Como sabemos, los desfibriladores tanto internos como de uso externo, bien sean automáticos o semiautomáticos, permiten contar con una oportunidad de reanimar a la persona; pero solo si presenta un tipo específico de patología como se ha comentado.
Concretamente el desfibrilador se emplea en casos de parada cardiorrespiratoria donde el paciente está en estado inconsciente, presentando fibrilación ventricular o una taquicardia ventricular, sin la presencia de pulso, lo que hace urgente la aplicación del tratamiento.
Es por esto que el dispositivo desfibrilador puede salvar la vida del paciente, pero tiene indicaciones precisas que deben ser consideradas a la hora de tomar la decisión de emplearlo o no, puesto que en caso contrario, traería más riesgos que beneficios.
En consecuencia, no se debe dejar de implementar en caso de que sea necesario; pero en caso de que no exista la seguridad de que la persona lo requiera, sería un grave error hacerlo, pues tendrá que portarlo en su cuerpo y enfrentar todos los problemas que esto le ocasione.
En este sentido, contar con un desfibrilador implantado en el cuerpo puede traer una serie de riesgos asociados, aunque se considera que son en realidad poco frecuentes, como los que les mencionamos a continuación.
- Infección en el área donde se encuentra implantado el desfibrilador.
- Presencia de hinchazón, hematoma o posible sangrado donde ha sido colocado.
- Alergia a los medicamentos empleados durante el procedimiento de implante.
- Deterioro de la vena en la cual se encuentran colocados los cables del desfibrilador implantable.
- Sangrado que se puede presentar alrededor del corazón, el cual pone en peligro la vida del paciente.
- Posibles filtraciones, especialmente de sangre en la válvula cardíaca donde se encuentra ubicado el cable del desfibrilador.
Como se observa, a pesar de que estos riesgos no son frecuentes, la persona que se somete a la colocación de un desfibrilador implantable se encuentra expuestos a ellos, pero por otro lado necesita el instrumento para evitar sufrir un paro cardíaco, de modo que la sugerencia en este sentido es balancear la ecuación de beneficio-perjuicio antes de someterse al implante.
Otra de las consideraciones en cuanto a los riesgo del empleo del desfibrilador, es que puede ocasionar dolor a causa de los choques eléctricos y además está el hecho de que en la actualidad, las arritmias no son diagnosticadas correctamente en un 100% de los casos, pues en ocasiones se puede confundir una de tipo grave con otra benigna.
En cuyo caso se estarían administrando choques eléctricos que son innecesarios, motivo por el cual para el caso de los DAI, se recomienda que solo sean implantados en pacientes que tengan un elevado riesgo de padecer arritmias que sean de tipo maligno.
Importancia de este Instrumento
Es indudable la necesidad de que todos los servicios de salud en el mundo cuenten con un desfibrilador, pues la muerte súbita a causa de infartos, es uno de los mayores problemas que aquejan a la humanidad.
Este aparato orienta y ayuda al personal de la salud durante las situaciones de emergencia, pues permite chequearle a la víctima el estimado de los valores de su actividad cardíaca e indica de manera clara, las acciones que se deben seguir para solventar su patología.
Estas son órdenes sencillas, pero a la vez orientan a la persona que se encuentra prestando los primeros auxilios al paciente y en la mayoría de los casos, se puede lograr una exitosa reanimación.
De igual manera es importante contar con personal capacitado para su uso, aun dentro de las empresas, pues muchos de sus servicios médicos atienden las urgencias del personal, para lo cual es básico contar con conocimientos tanto de RCP como del manejo de un desfibrilador externo automático, que generalmente forma parte de estas instalaciones.
Amplios estudios realizados a nivel mundial por parte de los científicos, han demostrado que el desfibrilador es un valioso aliado en la salud. Su efectividad es considerablemente elevada, en comparación con su riesgo que es casi nulo. Además la atención temprana realizada por los servicios de emergencia, puede ser la diferencia entre la vida o la muerte de un paciente y todas las vidas son valiosas para el mundo.
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